Los amigos de mis amigos

(“Qué pequeño el mundo es”)

El viernes fui a buscar a mi amiga N, excompañera de colegio, a Projazz y me presentó a T y E, dos de sus compañeros que irían al mismo recital que nosotras. En el Teatro nos encontramos con C, mi mejor amiga de la universidad que ahora gracias a mí es amiga también de N. A la salida del concierto divisé de lejos a J, compañero de universidad, con quien hemos participado en varios proyectos en conjunto con C. Al acercarnos a él, nos presentó a E, excompañero de colegio y su amigo T, los mismos que N me había presentado al comienzo de esta historia. Esa misma mañana, con mi amiga M, habíamos estado riéndonos en la oficina cuando escuchamos a nuestro compañero de trabajo A hablando de F, el jefe galán de C, del cual ella siempre nos habla. Con M habíamos llegado a la conclusión de que efectivamente en oposición al Big Bang, el planeta estaba experimentando una implosión, haciéndose cada vez más pequeño y en consecuencia, haciéndonos topar unos con otros.



En 1929 el escritor Frigyes Karinthy (“Chains”), impulsó la teoría que ahora al parecer se está tratando de comprobar a través de Facebook, de los “Seis grados de separación”. La teoría explica que todos estamos conectados con cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios que se enlazan entre sí. El concepto que se relaciona con el dicho “el mundo es un pañuelo”, se basa en que el número de conocidos de cada uno crece exponencialmente con el número de enlaces en la cadena, y que el conjunto de todos estos eslabones enlazados, finalmente se convierte en la población humana entera.

En efecto, cualquiera de los amigos músicos de N, se enlaza a través de menos de 4 eslabones con el jefe cuarentón de mi amiga C y como esto de las redes sociales trasciende fronteras geográficas, aquí ya dieron con el lazo que existe entre la bolerista mexicana Chavela Vargas y la islandesa Björk.